Se ha resaltado ampliamente la importancia de la salud mental a nivel global, aunque en Colombia ha sido deficiente, y se encuentran barreras que limitan el oportuno acceso a la atención, además de la escasa o nula promoción y prevención ejecutada, dado que “los lineamientos son muy generales, poco coherentes con las necesidades territoriales, desarticulados gubernamentalmente y poco conocidos por la comunidad” (Rojas et al. 2018).