Desarrollo socioafectivo y cognoscitivo del niño con retardo mental educable
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La socialización de la emotividad supone un desarrollo mental normal y un campo mental lo bastante amplio para que los diversos comportamientos interiorizados puedan estar confrontados con consecuencias prácticas, valores morales y sociales. Toda persona debe ser capaz de razonar sus sentimientos, única manera de impedir el retorno a emociones primarias y a automatismos heredados. Cada persona debe poseer todas las características de un funcionamiento mental del conjunto, de una síntesis de recursos de la persona hacia un equilibrio, muchas veces dificil de mantener. Precisamente este potencial mental de análisis y de estructuración afectivo-emocional es lo que el retrasado mental es incapaz de desarrollar, no podrá, por tanto, socializar su emotividad o lo logrará mal.