El ser humano ha utilizado el recurso del juego a lo largo de toda su vida, incluso en la vejez. Esta herramienta ha existido desde siempre con fines específicos, no solo de dar diversión a los niños a través del juego, sino también, de educar y, además, fortalecer lazos afectivos que por la vida agitada que hoy se maneja han sido descuidados.