Está demostrado que la ausencia de juego en los niños y niñas de 3 a 5 años, obstaculiza el desarrollo de su creatividad e imaginación, de su autonomía e independencia, de habilidades sociales y comunicativas, habilidades motrices, el reconocimiento de las normas y el respeto de las mismas, la tolerancia al fracaso y la frustración, adaptación a nuevas situaciones, la capacidad resiliente, habilidades socioemocionales que son fundamentales para la vida.